Santesmases y Uriarte
Ayer coincidieron en la Universidad de Deusto dos obispos; Ricardo Blázquez, de Bilbao, y Juán María Uriarte, de San Sebastián, en dos conferencias simultáneas que recibieron una multitudinaria y venerable (por la edad de los presentes) acogida en la audiencia bilbaína. Finalmente, lo que se anunció como un "diálogo" entre un laico y un religioso, acaso evocando los conocidos encuentros entre Habermas y Ratzinger, terminó siendo una poco trascendente yuxtaposición de dos discursos independientes sobre el papel de la religión en la vida pública, y sobre la relación entre "salud" y "religión".
La exposición de Antonio García Santesmases resultó especialmente decepcionante, si bien muy representativa sobre el clima de opinión entre los intelectuales, ideólogos y profesores socialdemócratas españoles. Para el profesor de la UNED, el conflicto entre laicidad y religión es inevitable en ciertos ámbitos familiares y educativos, pero las relaciones entre "pensamiento laico" (idéntico a la socialdemocracia, en la imaginación de Santesmases) pueden estrecharse fraternalmente cuando se trata de oponerse al "neoliberalismo", desde el estado social de derecho, o a la hegemonía norteamericana, desde la Alianza de civilizaciones. Santesmases, que empleó la munición habitual de la intelligentsia socialdemócrata (escuela de Frankfurt, Habermas, estado social del bienestar...) no proporcionó ningún concepto crítico sobre la "globalización", la "laicidad" o el "liberalismo", limitándose a dar estas ideas por sobreentendidas, según la interpretación que circula habitualmente en los medios de comunicación, en especial aquellos afines a la izquierda standard.
Una de las afirmaciones más notables de Santesmases ayer fué aquella que relacionaba el "racionalismo" con algunos de los peores crímenes colectivos del siglo XX, culminando ¡en el holocausto! Es cierto que Santesmases no llegó a culpar al "darwinismo", como es moneda corriente entre los reaccionarios explícitos, pero demostró que los viejos intelectuales de la socialdemocracia apenas se han despegado un milímetro de la "Crítica" de Frankfurt y los clichés de la Dialéctica de la Ilustración (por desgracia, Horkheimer y Adorno no llegaron a publicar El rescate de la Ilustración, por lo que sus opiniones sobre éste tema seguramente quedaron sesgadas).
Por su parte, el obispo de san Sebastián -que no consideró oportuno responder a las tibias y más bien genuflexas críticas de Santesmases- leyó una conferencia clara pero poco actualizada, ante la audiencia venerable, conformándose con esgrimir algunos criterios de demarcación entre la religión saludable y la religión patológica.
Pues ésto es lo que hay. Lo comenta Aníbal, que también estuvo allí.
La exposición de Antonio García Santesmases resultó especialmente decepcionante, si bien muy representativa sobre el clima de opinión entre los intelectuales, ideólogos y profesores socialdemócratas españoles. Para el profesor de la UNED, el conflicto entre laicidad y religión es inevitable en ciertos ámbitos familiares y educativos, pero las relaciones entre "pensamiento laico" (idéntico a la socialdemocracia, en la imaginación de Santesmases) pueden estrecharse fraternalmente cuando se trata de oponerse al "neoliberalismo", desde el estado social de derecho, o a la hegemonía norteamericana, desde la Alianza de civilizaciones. Santesmases, que empleó la munición habitual de la intelligentsia socialdemócrata (escuela de Frankfurt, Habermas, estado social del bienestar...) no proporcionó ningún concepto crítico sobre la "globalización", la "laicidad" o el "liberalismo", limitándose a dar estas ideas por sobreentendidas, según la interpretación que circula habitualmente en los medios de comunicación, en especial aquellos afines a la izquierda standard.
Una de las afirmaciones más notables de Santesmases ayer fué aquella que relacionaba el "racionalismo" con algunos de los peores crímenes colectivos del siglo XX, culminando ¡en el holocausto! Es cierto que Santesmases no llegó a culpar al "darwinismo", como es moneda corriente entre los reaccionarios explícitos, pero demostró que los viejos intelectuales de la socialdemocracia apenas se han despegado un milímetro de la "Crítica" de Frankfurt y los clichés de la Dialéctica de la Ilustración (por desgracia, Horkheimer y Adorno no llegaron a publicar El rescate de la Ilustración, por lo que sus opiniones sobre éste tema seguramente quedaron sesgadas).
Por su parte, el obispo de san Sebastián -que no consideró oportuno responder a las tibias y más bien genuflexas críticas de Santesmases- leyó una conferencia clara pero poco actualizada, ante la audiencia venerable, conformándose con esgrimir algunos criterios de demarcación entre la religión saludable y la religión patológica.
Pues ésto es lo que hay. Lo comenta Aníbal, que también estuvo allí.