Nota sobre el 15M y la ciencia de las malas decisiones

“Masa enfurecida”

Ya sé que decir esto no resulta muy "sexy", pero hoy se ha puesto de manifiesto -de nuevo- el magnífico poder de las "redes sociales" para extender ideas irracionales con consecuencias potencialmente catastróficas para una mayoría de personas.

Aunque no hace falta mucha racionalidad técnica para saber que abandonar un edificio en llamas "al motrollón" es una mala decisión, existe ya una cierta ciencia de las malas decisiones (si os interesa, tenéis que leer este libro). En particular, sabemos que las decisiones sentimentales e intuitivas no suelen funcionar mal del todo a escala personal, pero pueden acarrear consecuencias nefastas cuando se aplican a una escala social y política. Y la mera agregación de voluntades individuales con el intenso sentimiento de llevar la razón tampoco lleva a resultados óptimos. Por otra parte, la popularización de los nuevos mecanismos de decisión "democrática" tampoco son ninguna garantía de progreso. De hecho, la extensión de estas tecnologías de comunicación también favorece que se difundan ideas reaccionarias, como muestran las revueltas de la "primavera árabe" que desembocaron en regímenes islamistas, o el repunte de la derecha religiosa en los países democráticos. Hasta ahora, mientras teníamos estados relativamente fuertes, las democracias constitucionales tenían mecanismos para evitar que esto ocurra. Con la que se avecina, ya veremos.

En fin, está muy bien saber que no es posible doblar cucharas empleando poderes psíquicos (cuando escribo este post James Randi da una conferencia en Bilbao), pero por desgracia existen creencias sociales aún peores, más extendidas, más irracionales, más difíciles de combatir y capaces de causar daño a mucha más gente.

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