El prestigio de la oscuridad

La oscuridad y confusión en la expresión normalmente se consideran un defecto, salvo en el caso de algunos adivinos, teólogos y gurúes intelectuales. 
Dan Sperber distingue dos tipos de creencias que esencialmene coinciden con los dos “sistemas” de Kahneman. Algunas creencias son intuitivas y se producen de forma automática sin examen ni esfuerzo intelectual. Otras, en contraste, son reflexivas, requieren razones para ser creídas. Asimismo, las razones para aceptar una creencia pueden ser internas, es decir, pueden estar contenidas en las mismas creencias, o bien externas, cuando una creencia se acepta en virtud de una fuente considerada fiable. 
El llamado “sesgo de confirmación”, por el cual prestamos mucha más atención a aquellas evidencias que aparentemente confirman puntos de vista previos, desempeña un papel fundamental reforzando la confianza en la autoridad. Además, cuanto más abierta está una afirmación a una variedad de interpretaciones, mayor es el riesgo de sesgo de confirmación. Según Sperber, las prácticas arcaicas de adivinación son una excelente ilustración de este mecanismo. 
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