La religiosidad tiene efectos negativos sobre el estado de derecho

En cuanto "cuerpo de reglas abstractas sobre la justicia que reúne a una comunidad", la ley es algo claramente separable de la legislación. En las sociedades premodernas la ley se supone procedente de una autoridad superior al legislador humano. Normalmente, la autoridad procede de un Dios, como explica Platón justo al principio de Las leyes. Según Francis Fukuyama, en las sociedades europeas el cristianismo habría desempeñado un papel crucial en el desarrollo del estado de derecho, al lograr fijar la iglesia católica un cuerpo de normas cívicas y morales independientes del poder secular, sobre todo después de la reforma alentada por el papa Gregorio VII en el siglo XI. Esta ley de origen divino, que los príncipes cristianos se comprometían a no superar, se consideraba anterior a las leyes seculares, a semejanza de las normas impuestas en la India por los brahmanes, y en contraste con el "despotismo" legalista del imperio chino, cuyos emperadores no reconocían una autoridad más alta que su propia voluntad.

Aunque la religión, y en especial la iglesia católica, ha podido desempeñar un papel crucial en la génesis histórica del estado de derecho, el papel de la religiosidad en el presente es un asunto bien diferente.

Niclas Berggren y Christian Bjørnskov han publicado un análisis empírico sobre la relación entre la religiosidad y la promoción de los derechos de propiedad y el estado de derecho actual. El estudio analiza qué influencia tiene la religiosidad de las personas (medida según la importancia que las propias personas dan a su fe en una encuesta de Gallup) en la calidad de las instituciones modernas, particularmente en el estado de derecho y los derechos de propiedad de factode iure. Los autores han realizado su análisis estadístico basándose en las medidas sobre el respeto a los derechos de propiedad de la fundación Heritage, y en el índice del estado de derecho publicado por World Governance Indicators, a través de 118 países.

De acuerdo con el análisis, existe una clara relación negativa entre el grado de religiosidad en las sociedades democráticas occidentales y el grado de apoyo dispensado al estado derecho y los derechos de propiedad. La explicación más plausible es que "las instituciones económicas y legales fuertes y eficaces podrían estar asociadas con un sentimiento de seguridad y de comfort que reduciría la necesidad de ellas en los devotos religiosos". Significativamente, la explicación de esta relación negativa no estaría en la denominación religiosa en sí (los datos no varían si las personas religiosas son evangélicas, católicas o musulmanas) sino en el grado de religiosidad de los individuos.

Una conclusión razonable es que, cualquiera que sea el papel desempeñado por la religión en el origen del estado moderno, las personas de las sociedades democráticas contemporáneas tienden a apoyar menos de facto a las instituciones fundamentales del estado (el estado de derecho) y del orden económico (los derechos de propiedad) a medida que se toman más en serio su fe.


La religiosidad y la protección de los derechos de propiedad


El mismo trabajo lo analiza también Epiphenom.


Bjørnskov, Christian y Berggren, Niclas, Does Religiosity Promote or Discourage Property Rights and the Rule of Law? (2011). APSA 2011 Annual Meeting Paper

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