La "neurociencia no materialista" llega a España

La "guerra" entre ciencia y religión no es una moda victoriana superada. Sobrevive hoy mismo, con extraordinaria vitalidad, en lo que llaman "periodismo católico" y tiene una constante presencia en cualquier universidad donde exista una facultad de teología.

Un ejemplo reciente es este artículo publicado en "Tendencias de las religiones", blog patrocinado nada menos que por la universidad católica de Comillas, cuya cátedra de "Ciencia y tecnología", que debería figurar en la "lista de la vergüenza" por méritos propios, ha considerado conveniente premiar hace poco ensayos con títulos tan pintorescos como "Dios providente, mecánica cuántica y relaciones causales" o "El futuro del cosmos y Juan Pablo II". ¿Tiene esto algo que envidiar a los cursos universitarios sobre Tai Chi, Reiki u Homeopatía?

El artículo en cuestión recoge acusaciones gratuitas de Mario Beuregard contra los neurocientíficos que ignoran "evidencias que desafían a los prejuicios materialistas" y afirmaciones tan estridentes como que el "materialismo científico" no es capaz de "explicar por sí solo fenómenos irrefutables como la intuición, la fuerza de voluntad, el efecto placebo en medicina o las experiencias cercanas a la muerte".

Francisco J. Rubia (ver entrevista en Cultura 3.0), catedrático de medicina de la universidad complutense y autor de libros de divulgación científica, se ha tomado la molestia de desmarcarse de las opiniones Mario Beauregard y Denyse O'Leary (los escépticos pueden echar un vistazo a las demoledoras críticas a su libro publicadas en Amazon), próximos a la estrategia del Discovery Institute y otras instituciones que intentan promover una "neurociencia no materialista", es decir, la doctrina del "creacionismo" aplicada a las ciencias del cerebro. Una doctrina totalmente extravagante en el contexto de la comunidad científica y que sólo se puede entender como un capítulo más de la guerra de los prejuicios religiosos contra la ciencia.

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