El relato esencialista de las especies

Varios filósofos de la biología rechazan lo que llaman "relato esencialista" sobre las especies, de acuerdo con el cual sólo después de Darwin, y mediante el reconocimiento de la selección natural, los biólogos cayeron en la cuenta de que las especies eran politípicas, de que no tenían propiedades "esenciales" y de que era mejor describirlas en términos de "poblaciones biológicas". Este relato ha sido típicamente defendido por Ernst Mayr, y recientemente por Richard Dawkins.

Según John S. Wilkins, las especies antes de Darwin "eran simplemente aquellas cosas a las que prestaban atención los naturalistas desde el siglo XVI en adelante".

Wilkins discute que los "efectos del esencialismo en la taxonomía", para mencionar a David Hull, se deba a influencias aristotélicas. La culpa del "fijismo" no caería en la filosofía o en el legado aristotélico, pues los naturalistas distinguían muy bien entre especies naturales y especies lógicas, sino en la piedad de los teólogos involucrados en el estudio del mundo natural.

La "especie" natural no consistía en una simple adaptación de los conceptos lógicos de "género" y "especie". Además, el criterio de la especie era determinado no sólo por la semejanza, sino ante todo por la generación. Los individuos de una misma especie se suponía que eran descendientes de antepasados comunes y por tanto capaces de "generar" descendencia, una intuición que en su forma más arcaica cabe remontar hasta los epicúreos.

El "problema de las especies" es en realidad muy moderno, y surge simultáneamente al descubrimiento de la esencia funcional de los organismos: los genes. A partir de entonces, genetistas como Thomas Hunt Morgan incluso se proponen "eliminar" el mismo concepto de especie, introduciendo una interesante dialéctica entre la ciencia del genetista y la del naturalista tradicional:

De acuerdo con los nuevos genetistas, la esencias eran, en otras palabras, genéticas, y si ningún grupo de organismos compartía idéntica constitución genética, entonces no existían especies. La nueva ciencia se preocupó también por establecerse en contra de la taxonomía de museo, y en consecuencia comenzaron a aparecer en la literatura comentarios críticos sobre el diagnóstico "morfológico".
(...) Sin embargo, los biólogos no eran estúpidos o ciegos antes de Darwin, y tampoco se convirtieron en observadores inteligentes simplemente trabajando después de Mendel. Ellos conocían las especies antes de que ninguna teoría pudiera dar cuenta de ellas, o de que existiera una sistemática para clasificarlas. Sabían que las especies eran variables, que corrientemente aunque no siempre se daba la fertilidad entre conespecíficos, que tenían formas y hábitos típicos, y que generalmente eran causadas por el poder o la propensión generativa, incluso si tenían pobres nociones sobre aquello que las causaba o las hacía funcionar. Esto es cierto incluso para los herbalistas precientíficos que a menudo indentificaron correctamente especies botánicas modernas.


ResearchBlogging.org Wilkins, J.S. (2010). What is a specie? Essences and generation Theory in Biosciences

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