Pyysiäinen y Hauser sobre los orígenes de la religión

Desde un punto de vista evolucionista, la religión puede comprenderse o bien 1) como una adaptación original que evolucionó para resolver el problema de la cooperación entre personas no relacionadas genéticamente, o bien 2) como una consecuencia más o menos inesperada e imprevista que evolucionó a partir de ciertas intuiciones morales y capacidades cognitivas preexistentes.

Pyysiäinen y Hauser (2010) consideran que los resultados de la psicología cognitiva y de la psicología moral experimental -ante todo los del Test del Sentido Moral, que muestran una significativa independencia de las intuiciones morales de los trasfondos religiosos- aportarían evidencias favorables a la segunda hipótesis: la religión como sub-producto. El concepto de Dios descansaría en "gigantes cognitivos" y estaría fundamentado "en la extensión de la capacidad normal de atribuir creencias y deseos desde agentes corpóreos hasta agentes no corpóreos". Esto incluiría personas ausentes o muertas, personas ficticias y, por último, los agentes sobrenaturales característicos de la constelación religiosa.

Marc Hauser nos recuerda que la crítica de la religión aún se experimenta corrientemente como un desafío fundamental a nuestra existencia moral. Y ciertas experiencias parecerían respaldar esta idea. Por ejemplo, un experimento en economía conductual (Bulbulia y Mahoney, 2008) mostró que los cristianos en Nueva Zelanda estaban significativamente más dispuestos a dar dinero a canadienses anónimos, de lo que lo estaban los ciudadanos de Nueva Zelanda con respecto a sus compatriotas. Se sabe también que los kibbbutzim ortodoxos judíos desarrollan comportamientos prosociales más fuertes que los kibbutizim seculares (Sosis y Ruffle, 2003) (PDF). Y tenemos también una amplia red de sistemas asistenciales y de caridad específicamente motivados por una moral religiosa.

Sin embargo, en cada uno de estos ejemplos sería posible poner en entredicho el papel central de las creencias religiosas. Muy rápidamente, sabemos que la identidad religiosa funciona como un importante marcador colectivo, por lo que el resultado de los neozelandeses cristianos favoreciendo a extranjeros anónimos es más que previsible. Las diferencias entre las comunas seculares y religiosas podria quizás explicarse sobre la base de la existencia o no de rituales colectivos que favorecen el comportamiento social, no tanto de las mismas creencias religiosas. Y la mayor generosidad de los creyentes sólo es predecible donde las sociedades son fuertemente religiosas a priori y donde las instituciones seculares no están demasiado desarrolladas. La reciente solidaridad secular con Haiti es un ejemplo de que la situación puede variar y, desde luego, la comparación entre los resultados de los "estados del bienestar" fuertemente seculares y las redes asistenciales de caridad religiosa también avala el rendimiento de la ética secular.



ResearchBlogging.org Ilkka Pyysiäinen, & Marc Hauser (2010). The origins of religion: evolved adaptation or by-product? Trends in cognitive science : 10.1016/j.tics.2009.12.007

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