El re-encantamiento secular del mundo

George Levine es profesor emérito de la universidad de Rutgers, y ha dedicado buena parte de su trabajo académico a investigar la recepción cultural del darwinismo. En Darwin Loves You: Natural Selection and the Re-enchantment of the World (Primer capítulo disponible aquí) Levine se resiste a la idea típicamente weberiana del desencantamiento científico del mundo en el que las ideas evolucionistas juegan un papel tan determinante.

Darwin mismo, en efecto, como recuerda Janet Browne, es un freethinker cuyas ideas sólo se comprenden entre medias de un pensamiento fuertemente materialista y secular. La idea de Darwin es culturalmente peligrosa, para decirlo con Daniel Dennett, no sólo por su elegancia y sencillez, sino porque aparentemente destruye el "sentido del mundo" al hacernos parte de un "algoritmo" (recientemente se han descubierto patrones matemáticos en la especiación de los pinzones estudiados por Darwin) impersonal. Con independencia de las interpretaciones sociales del darwinismo, que abarcan prácticamente todo el espectro político, apunta Levine:

Una cosa es cierta sobre la teoría de Darwin (...) apoya de forma inequívoca e inatacable la idea de que los elementos fundamentales de la vida, y particularmente de la vida humana, son explicables en términos de procesos naturales. La teoría de Darwin, aunque, sí, también ha sido puesta al servicio de la religión, es radicalmente secular. Su idea clave es que el mundo puede ser explicado mediante causas en curso, y que las fuerzas trascendentales y sobrenaturales no entran en la vida. La teoría se dirige hacia una explicación de todas las cosas, físicas y espirituales, por medio de la ley natural. 

De acuerdo con la visión de Levine, el naturalismo darwinista favorece una "intelectualización" del mundo que no es incompatible con los aspectos característicamente sentimentales que dan sentido a la experiencia humana, con un encantamiento "no teísta" del mundo en definitiva. Esta visión no elimina "nuestra naturaleza pasional", para decirlo con Williams James, simplemente desplaza las justificaciones trascendentales hacia un mundo natural en permanente transformación donde la materia ya no juega un papel pasivo, como ha explicado Jane Bennett: la fuerza de las cosas.

Este fragmento de una conferencia de Lawrence Krauss sintoniza una idea similar:

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