Cosas que colgar en la pared en lugar del crucifijo

No se trata de llenar el vacío de los símbolos religiosos por otros "laicos" pero tampoco es preciso que las paredes de la escuela sean tristes tablas rasas. Tampoco hay por qué ubicar compases y escuadras, hoces o martilos en lugar de la cruz. La historia de la ciencia puede sugerirnos algunos símbolos positivos y realmente universales:

La tabla periódica de los elementos. Aunque Dimitri Mendeleiev, pionero en confeccionar un modelo, negaba la existencia de los electrones y suponía que los elementos podían alinearse según su peso atómico, con posterioridad el criterio quedó arreglado según su número atómico, es decir, según el número de protones en el núcleo del átomo. La tabla puede verse como una expresión de la búsqueda de armonía matemática en el universo, y como un ideal para el desarrollo de la visión científica en el mundo natural y humano.

Un pálido punto azul. Es el título de un libro de Carl Sagan y el sobrenombre de la célebre fotografía tomada por el Voyager 2 que muestra la Tierra a la distancia record de 6.000 millones de kilómetros. El mismo Sagan destacó el poder simbólico de la imagen para revelar el humilde puesto de la tierra en el cosmos, frente al geocentrismo implícito de nuestra cultura humana.

El mapa de McArthur. Es un pintoresco mapa mundi propuesto por un activista australiano que invierte el orden norte-sur habitual de la cartografía. Un buen recordatorio, como dice la historiadora de la ciencia Patricia Fara de que: "Lo que ves depende de como lo mires".

La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. La de 1789, aprobada por la Asamblea francesa. Como antecedente de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la de 1948, aprobada por las Asamblea de las Naciones Unidas, este es un símbolo fuertemente ético y político más que científico que seguramente no reuniría el consenso de todos, pero al menos tendría la virtud de desvelar a los partidarios actuales del Antiguo Régimen.

La fotografía de difracción de rayos X de ADN tomada por Rosalin Franklyn. El descubrimiento de la "doble hélice" por Watson y Crick es un tópico del heroísmo científico convertido en icono estético, pero no es tan conocida la contribución de esta biofísica gracias a sus trabajos con cristalografía y rayos x que ayudaron a descubrir la estructura del ADN.


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