El mito de la ciencia española

España no es tan diferente, según Joseph Pérez. Es cierto que el santo oficio incluyó en sus índices muchas obras de carácter científico y que padecimos el sistema de represión burocrático más eficaz de occidente durante siglos, pero la intolerancia religiosa y la persecución del pensamiento no son singularidades de la monarquía hispánica. La polémica sobre la ciencia y la religión, y el choque de las "dos culturas" (humanistas contra escolásticos, gramáticos contra teólogos...) tuvo aquí un desarrollo homólogo al europeo.

Las encuestas sobre la percepción pública de la ciencia muestran que las profesiones de carácter técnico y científico son en general bastante apreciadas, a pesar de nuestro secular desprecio por la teoría y la "ciencia inútil" registrado por Zambrano, Ortega, Merino y tantos otros. La ciencia interesa a los hispanoparlantes aunque nuestra universidad se descalabre por momentos ...ocupamos el último puesto entre las naciones occidentales según un informe del Consejo de Lisboa. Un indicador positivo es el éxito de la revista de ciencia popular Muy Interesante, que vende 2 millones de lectores (5 millones, si contamos las ediciones hispanoamericanas) y lidera de hecho el mercado editorial después del "corazón", según nos contó su director José Pardina en la presentación de Cultura 3.0.

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