“Creo cada día con mayor fuerza que el hombre no se gobierna por sus ideas o su cultura. Imagino un fatalismo del medio, de la herencia y de las taras fisiológicas.” – Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936)
Las "pulgas" de Richard Dawkins
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O cuando los ateos llevaban la iniciativa. Un fenómeno digno de estudio...
Entre los teólogos también surgieron cuestiones problemáticas en relación a los animales clasificados como "superfluos". San Agustín fue especialmente diestro en esto. Afirmó: "Confieso mi ignorancia sobre por qué fueron creadas las ratas y los sapos, o las moscas y los gusanos... Todas las criaturas son útiles, dañinas o o bien superficiales para nosotros...En cuanto a las criaturas dañinas, nosotros resultamos castigados, disciplinados o aterrorizados por ellas, de modo que no acariciamos y amamos su vida." En cuanto a los "animales superfluos", afirma que "Aunque no sean precisos para nuestro servicio, todo el diseño del universo está completado y finalizado." Lutero, que siguió a San Agustín en tantas materias, declinó seguirle totalmente en esta. Para él una mosca no era meramente superflua, era nociva, enviada por el diablo para fastidiarle mientras leía. - Andrew Dickson White (1832-1918)
El funcionario dice: ¡no razones, adiéstrate! El financiero: ¡no razones y paga! El pastor: ¡no razones, ten fe! (Un único señor dice en el mundo: ¡razonad todo lo que queráis y sobre lo que queráis, pero obedeced!) Por todos lados, pues, encontramos limitaciones de la libertad. Pero ¿cuál de ellas impide la ilustración y cuáles, por el contrario, la fomentan? He aquí mi respuesta: el uso público de la razón siempre debe ser libre, y es el único que puede producir la ilustración de los hombres. El uso privado, en cambio, ha de ser con frecuencia severamente limitado, sin que se obstaculice de un modo particular el progreso de la ilustración . Entiendo por uso público de la propia razón el que alguien hace de ella, en cuanto docto, y ante la totalidad del público del mundo de lectores. Llamo uso privado al empleo de la razón que se le permite al hombre dentro de un puesto civil o de una función que se le confía. Ahora bien, en muchas ocupaciones concernientes al interés de la comunidad