Estúpidos pundits blancos

Michael Shermer


Las universidades occidentales crecientemente no son un lugar seguro para mantener opiniones impopulares, y la comunidad "humanista" y "escéptica", a pesar de llevar esculpidos los principios de la libertad de expresión en su frontispicio, tampoco.

Cualquier escéptico o humanista que se arriesgue a poner en cuestión los dogmas de cierto "consenso liberal" corre evidentes riesgos. Un claro ejemplo lo tenemos en el activista humanista Justin Vacula, que se vio obligado a renunciar a un puesto directivo dentro de Secular Coalition for America tras una persistente campaña de acoso feminista. Y no es el primero ni el último. Prácticamente cada semana los secuaces del ateísmo ideológicamente correcto se cobran alguna presa más, mientras quienes juegan mejor el papel de víctima viajan en primera clase para dar charlas en todo el mundo y hacer ejercicios públicos de ignorancia científica.

El último de la lista, de momento, es Michael Shermer, que hace poco estuvo en Madrid hablando sobre el cerebro de los creyentes. Shermer ha cometido el crimen de pensamiento de alertar contra el peligro real de tribalización ideológica que afronta una parte del movimiento escéptico, donde acusaciones sobre "privilegio", "supremacismo blanco" y "sexismo" contra disidentes del paradigma se han vuelto totalmente convencionales.

Los sospechosos habituales (Myers, Benson) se han tirado al cuello de Shermer, empleando previsibles "argumentos" y tácticas de vergüenza a las que ni siquiera merece la pena prestar mucha atención.

Shermer realmente ha tocado una fibra sensible y se ha metido en un buen lío. Pese a la resistencia de los creyentes en el determinismo cultural para aceptar la realidad, la razón por la que muchas de las llamadas "acciones afirmativas" o políticas de discriminación positiva no están dando resultado no es que los estúpidos hombres blancos sigan al mando. La razón por la que hay menos mujeres ateas y escépticas no es que el movimiento escéptico sea un club de hombres blancos que quieren asemejarse al partido republicano. La razón por la que hay menos mujeres estudiando física no es que hay "sexismo" en la ciencia (un dato: a pesar de la admirable fe con la que se toman acciones afirmativas en la universidad, el porcentaje de alumnas interesadas por estudiar fisica de hecho ha descendido (!) un punto en EE.UU desde 1996, pasando del 19% al 18%). La razón por la que hay más mujeres en la psicología infantil, pero menos en la psicología estadística, no es el sexismo y la misoginia. En cambio, las diferencias de cognición, estilos de vida y motivación sí pueden explicar buena parte de estas "brechas".

Por el momento todas estas controversias afectan al escepticismo y el humanismo anglosajón, es decir, al único que está socialmente bien organizado y razonablemente bien financiado. Veremos si algún día esta epidemia de nuevo ateísmo y escepticismo de corte orwelliano traspasa fronteras.

Entradas populares de este blog

Animales superfluos

Razonad todo lo que queráis, pero obedeced