Estadistas y analistas

Los intelectuales analizan las operaciones de los sistemas internacionales; los estadistas las construyen. Y hay una gran diferencia entre la perspectiva de un analista y la de un estadista. El analista puede elegir el problema que quiere estudiar, mientras que al estadista los problemas se le imponen. El analista puede dedicar todo el tiempo que juzgue necesario para llegar a una conclusión clara; para el estadista, el desafío abrumador es la presión del tiempo. El analista no corre riesgos; si sus conclusiones resultan erróneas, podrá escribir otro tratado. Al estadista sólo se le permite una conjetura; sus errores son irreparables. El analista dispone de todos los hechos; se le juzgará por su poder intelectual. El estadista debe basarse en evaluaciones que no pueden demostrarse en el momento en que las está haciendo; será juzgado por la historia según la sabiduría con que se haya enfrentado al cambio inevitable, y ante todo, por lo bien que haya conservado la paz. 
Henry Kissinger, Diplomacia (Ediciones B, 2010)

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