El concilio vasco

Al escribir contra la reconciliación en el blog, hace unos días, tendría que haber recordado -lo hace Arcadi Espada- que la política de "reconciliación nacional" fue impulsada por el partido comunista de España desde su V congreso de 1956: "En la presente situación, y al acercarse el XX aniversario del comienzo de la guerra civil, el Partido Comunista de España declara solemnemente estar dispuesto a contribuir sin reservas a la reconciliación nacional de los españoles, a terminar con la división abierta por la guerra civil y mantenida por el general Franco."

Que los nacionalcatólicos pidieran la reconciliación, no tiene nada de particular. Para eso estaban tradicionalmente los concilios toledanos, o los autos de fe. Pero que los seguidores de la dialéctica emplearan un lenguaje religioso de forma tan franca, desde luego tiene un pase. Esta política posconciliar apareció muy bien reflejada en el cine de la época, particularmente en La venganza, la película de Juan Antonio Bardem estrenada en 1958. También son interesantes Posición avanzada (1966), de Pedro Lazaga, o Todos somos necesarios (1956), de José Antonio Nieves Conde, desde el otro lado del espectro ideológico.

Parece que en España sigue siendo difícil imaginar una forma de convivencia política si no es bajo la metáfora religiosa del concilio.

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