Pascal Boyer: La “religión” no existe
Pascal Boyer enseña en la universidad de Washington y es uno de los estudiosos de las creencias religiosas (o para ser más preciso, de las creencias sobrenaturales y animistas que formarían parte de nuestro "sentido común" natural) más influyentes de los últimos años, y también de los que sostiene una opinión más pesimista sobre la posibilidad de rechazar este tipo de creencias mediante argumentos científicos y "racionales". Pero Boyer rechaza que el mismo concepto de "religión" sea realmente "científico". La "religión" no forma parte de la naturaleza humana porque la mayoría de los seres humanos, a lo largo de la historia de la especie, han vivido en pequeños grupos de sociedades ágrafas, sin escritura, que sobrevivían sin nada parecido a instituciones religiosas.
¿Por qué entonces tantos estudiosos, por lo demás inteligentes, "creen" que existe la religión? Boyer da ahora tres posibles respuestas:
1) Por una motivación ideológica: justificar la existencia de los "estudios religiosos" dentro de la comunidad científica. Esto explica por qué, invariablemente, todas las instituciones de este tipo están impregnadas de apologética.
2) Por ignorancia: los estudioso o periodistas que hablan sobre religión simplemente no han estudiado antropología.
3) Por conveniencia psicológica o personal: Estudiar la "religión", en sentido universal, permite no comprometerse con la existencia de una en particular.
¿Por qué entonces tantos estudiosos, por lo demás inteligentes, "creen" que existe la religión? Boyer da ahora tres posibles respuestas:
1) Por una motivación ideológica: justificar la existencia de los "estudios religiosos" dentro de la comunidad científica. Esto explica por qué, invariablemente, todas las instituciones de este tipo están impregnadas de apologética.
2) Por ignorancia: los estudioso o periodistas que hablan sobre religión simplemente no han estudiado antropología.
3) Por conveniencia psicológica o personal: Estudiar la "religión", en sentido universal, permite no comprometerse con la existencia de una en particular.