Por qué probablemente no existe un "gen de la religión"

Un economista de Cambridge, Robert Rowthorn [PDF], ha publicado un artículo profundizando en la sugerencia de Eric Kauffman acerca de que las personas religiosas acabarán "heredando la tierra" debido a la mayor fertilidad de los creyentes. A diferencia de Kauffman, Rowthorn trabaja sobre el supuesto de que la religiosidad es heredable. En el largo plazo, la "cultura religiosa" terminaría ganando la batalla a la "cultura secular".

Esta predicción, sin embargo, es problemática y descansa sobre presupuestos no comprobados. Quizás el más controvertido consiste en asumir la "heredabilidad" de la religión como un rasgo fijo, indeleble por así decir, y asociado con la "naturaleza humana".

De hecho, las explicaciones "genetistas" de la religión parecen despreciar claramente el papel desempeñado por los aspectos extragenéticos, sociales, económicos y políticos. Este párrafo en Gene Expression es muy ilustrativo:

La secularización viene ocurriendo desde hace al menos dos siglos, y sólo se ha disparado recientemente. Los ateos han estado presentes en el registro literario desde el siglo 6 a.C., empezando con los griegos, pero también entre los filósofos chinos e indios. Cualquier sociedad jerárquica suficientemente compleja parece producir disensiones en la ortodoxia metafísica reinante. Si estas sociedades no toleran el disenso abierto y público, como ha sido el caso de las pasadas culturas cristianas, y en alguna medida sigue siendo el caso del mundo del Islam, puede que los críticos simplemente se oculten a sí mismos en las instituciones de la ortodoxia con el fín de proteger sus desviaciones. Uno de los ejemplos más claros de esto es el obispo frances del siglo XVIII, Etienne Charles de Loménie de Brienne, al que Luis XVI impidió ser arzobispo de Francia a causa de su ateísmo.

Otra obvia dificultad para las conclusiones de Rowthorn es el hecho, destacado por Genealogy of religion, de que la inmensa mayoría de la población ya es religiosa (el porcentaje de ateos difícilmente alcanza el 8% en el mundo) y que la competencia cultural no se da sólo entre creyentes y no creyentes, sino entre distintas versiones de creyentes.

Finalmente, está la cuestión general de cómo relacionar los genes con la conducta. Todas las conductas naturales (desde luego también la religión) tienen causas genéticas, pero el camino entre el gen y la conducta es complejo y sumamente sensible a la experiencia. El mismo genotipo puede dar lugar a distintos y quizás contradictorios fenotipos. Quizás los mismos genes (estoy especulando) den lugar a un tipo de personas religiosas o de "ateos" espirituales. Para poner un ejemplo (Via), un mismo gen puede expresar una depresión en mujeres embarazadas o una conducta antisocial en hombres jóvenes. Los genes no tienen grandes planes para nosotros, y cuando se trata de las conductas culturales complejas (y participar en una religión o creer en el Dios único y verdadero son particularmente complicadas), sólo tienen sucios esbozos que deben ser perfilados en la experiencia.



ResearchBlogging.org Rowthorn R (2011). Religion, fertility and genes: a dual inheritance model. Proceedings. Biological sciences / The Royal Society PMID: 21227968

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