La ley de la gravedad

Los sucesores cristianos de los griegos rechazaron la idea de que el universo está gobernado por una ley natural indiferente. También rechazaron la idea de que los seres humanos no ocupan un lugar privilegiado dentro del universo. Y aunque el periodo medieval no poseyó un único sistema filosófico coherente, un tema común establecía que el universo era la casa de muñecas de Dios, y que la religión era un tema de estudio mucho más interesante que los fenómenos de la naturaleza. De hecho, en 1277 el obispo Tempier de Paris, actuando según las instrucciones del papa Juan XXI, publicó una lista de 219 errores o herejías que debían ser condenadas. Entre las herejías figuraba la idea de que la naturaleza seguía leyes, dado que esto entraba en conflicto con la omnipotencia de Dios. Curiosamente, el papa Juan resultó muerto por los efectos de la ley de la gravedad unos pocos meses después cuando se le cayó encima el techo de su palacio.
- Stephen Hawking y Leonard Mlodinow, The grand design (Pág. 25)

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