Jaegwon Kim: El rechazo de las mentes inmateriales

Physicalism...
Jaegwon Kim es profesor en la universidad de Brown, y uno de los proponentes más respetados del fisicalismo en filosofía de la mente.

Fisicalismo, como resume el magnífico (para variar) artículo en la Enciclopedia de Filosofía de Stanford "es la tesis de que todo es físico, o como lo dicen a veces los filósofos contemporáneos, de que todo superviene sobre, o depende de, lo físico."

Physicalism, or something near enough, publicado en 2005, es quizás el compendio más lúcido sobre este tema hasta la fecha. Si la ciencia, y la filosofía basada en ella, se considerasen realmente una parte vital de lo que llamamos "cultura", un volumen así no podría faltar en la librería de ninguna persona informada del siglo XXI. Algo improbable en España, país donde Delibes y Saramago son considerados el ejemplo supremo de "intelectuales" (al entrenador del FC Barcelona, Josep Guardiola, se le ha tachado recientemente como "filósofo") y donde ni siquiera los mismos filósofos profesionales parecen demasiado concernidos por los planteamientos de Kim, Churchland, Chalmers, Papineau...

Kim recorre a través de 6 capítulos los principales argumentos que le conducen a un "fisicalismo condicional", es decir, un fisicalismo reduccionista para la mayor parte de las propiedades mentales, con la excepción de los estados cualitativos de la conciencia, los famosos e indómitos "Qualia". De acuerdo con sus conclusiones, este fisicalismo es suficiente para dar cuenta de todas las propiedades mentales que tienen algún impacto causal en el mundo físico (es decir, es una conclusión que satisface el requisito del "cierre físico" del mundo), rechazando además la existencia de "mentes inmateriales" (o al menos, de su eficacia causal en el mundo físico esencialmente espacio-temporal que conocemos).

Kim es consciente de que incluso esta versión moderada de fisicalismo debe salvar resistencias cognitivas y culturales fírmemente arraigadas en nuestras mentalidades, pero estas dificultades no se pueden presentar en sí como una refutación del fisicalismo. El siguiente fragmento debe figurar en la antología de la integridad intelectual:

Aunque el dualismo de la substancia no se ha considerado una opción seria en la filosofía de la mente desde el principio del siglo XX, una perspectiva dualista general ha mostrado que posee en sí misma una tenaz y sorprendente capacidad para sobrevivir. El dualismo de las propiedades mentales y físicas, en varias formas, ha dominado el campo durante la última mitad del último siglo, y continúa conservando la lealtad de la mayoría de los filósofos, aunque es justo decir que lo que Ned Block ha llamado correctamente "consenso antirreduccionista", que estaba firmemente asentado en la mitad de los años setenta, ya no es lo que era. Creo que la persistencia del dualismo apunta a una aversión profundamente arraigada, incluso instintiva, que la mayoría de nosotros sentimos hacia el fisicalismo reduccionista. Parece que a la mayoría de nosotros nos gustaría creer que, aunque estamos compuestos completamente por pedazos de materia, somos sistemas físicos extraordinariamente complejos y con propiedades, capacidades y funciones que no son meramente físicas o reducibles a lo físico. Estamos dispuestos a creer que el fisicalismo reduccionista, de acuerdo con el cual los pensamientos y los sentimientos son meros movimientos moleculares, no puede hacer justicia a la posición especial y distinguida que ocupamos en el orden natural, y que un fisicalismo reduccionista se encuentra en estado de auto-negación, una negación de nuestra distinguida y única naturaleza. Una idea como esta no se encuentra sólo en nuestra concepción tradicional como personas, a veces inspirada en la religión, también parece debilitar el punto de vista ampliamente compartido de que las ciencias especiales, en especial aquellas que conciernen a los humanos, como la psicología, la ciencia cognitiva o la economía, son autónomas e irreducibles a las ciencias físicas y biológicas. El antirreduccionismo actual en la medida en que concierne a las ciencias especiales parece casi una re-edición de la influyente doctrina europea del final del siglo XIX, que establecía una diferencia fundamental entre las Naturwissenschaften y las Geisteswissenschaften, esto es, entre las ciencias naturales y las ciencias humanas. En todo caso, el largo reinado del fisicalismo no-reduccionista es un testimonio de su atractivo en cuanto tesis sobre la naturaleza de las ciencias especiales, así como una posición sobre el problema mente-cuerpo. Promete salvaguardar tanto la autonomía de las ciencias especiales como nuestro carácter especial como agentes y conocedores. Pero las posiciones filosóficas no pueden descansar sólo en mensajes y esperanzas: están obligadas a cumplir lo que prometen.

El libro de Kim está lejos de ser impenetrable, por cierto, pero requiere que el lector se esfuerce en seguir largas cadenas de razonamientos y que entienda los términos del debate. Esto excluye que sus tesis se puedan representar y respetar de forma adecuada en un "post" como este. Realmente, sólo se puede mirar con desprecio a los divulgadores que prometen hacer "divertida" la ciencia, cuando la verdad es que "no hay caminos reales a la geometría", y tampoco hay atajos hacia la filosofía de la mente.

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