Golondrinas en África: Mayor igualdad y mayor salud

La fuerte asociación entre desigualdad y salud social es conocida desde hace tiempo, hasta el punto de centrar el interés de la Organización Mundial de la Salud a través de su Comisión para los Determinantes Sociales de la Salud. Según su director, Michael Marmot, "una sociedad que ha organizado sus condiciones sociales de un modo tal que su población posee una mejor salud, es una sociedad mejor. La salud es una medida del grado en que la sociedad proporciona una buena vida a sus ciudadanos".

En su editorial de noviembre pasado, British Medical Journal -quizás la revista médica más influyente del mundo-, anunciaba que los beneficios de la sociedad igualitaria son "mayores entre los pobres, pero se extienden prácticamente a todos los demás". La desigualdad es tan potencialmente corrosiva para la salud social como para variar significativamente la expectativa de vida, la mortandad infantil, la estatura media, el peso de los recién nacidos, el SIDA, la depresión o la obesidad. En The Spirit Level: Why More Equal Societies Almost Always Do Better Wilkinson y Pickett, dos epidemiólogos, documentan ampliamente que incluso los mejor posicionados en la escala socioeconómica gozan de mayor seguridad, salud y bienestar en las sociedades más igualitarias.


Más detalles y análisis en el post del ICCI.

Prácticamente cualquier política pública sensata del porvenir tendrá que tener en cuenta las evidencias a medida que abandona el subjetivismo y el bloqueo ideológico. Todo indica, incluso, que las políticas sobre salud pública deberán focalizarse especialmente en la infancia, en los primeros años de formación, dada la probada relación entre el status socioeconómico y el desarrollo temprano del cerebro.

Tal como explicaban también en BMJ, a propósito del mismo libro de Wilkinson y Pickett, no se trata simplemente de un viejo sermón izquierdista sino de evidencias:

Este libro es nada menos que la base científica de la política de centro-izquierda. Ahí redica su debilidad, dado que sus conclusiones llevan siendo afirmadas por los izquierdistas liberales desde hace más de un siglo, y esto podría descartarse sin pensar como si se tratase de más de lo mismo. Pero no lo es. Lo importante es que aquí hay EVIDENCIAS. Una vez que tienes evidencias de que las golondrinas emigran a África en invierno, ya no es preciso especular, como afirmó el Dr. Johnson, acerca de la hibernación en el fondo del lago. El viejo discurso ha muerto. Los escépticos pueden encontrar difícil de aceptar que la única ley contra la conducta antisocial que necesitamos es mayor igualdad. Tal vez les parezca tan improbable como que una pequeña ave vuele a África, pero simplemente es cierto.


ResearchBlogging.org Pickett KE, & Wilkinson RG (2009). Greater equality and better health. BMJ (Clinical research ed.), 339 PMID: 19903979

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