Los efectos del status socioeconómico en el desarrollo del cerebro

Uno de los estudios pioneros sobre genes y ambiente (G X E) es el de Cooper y Zubek (1958), que comprobaron en el laboratorio la mejora del comportamiento de los ratones con una inteligencia menos brillante cuando eran expuestos a entornos cognitivamente "enriquecidos", a diferencia de los ratones con una inteligencia más brillante que no mostraron cambios significativos. Efectos similares (en cuanto a la relación gen-ambiente) se han observado también en humanos. Por ejemplo, un estudio longitudinal (Caspi et al., 2003) mostró que el riesgo de depresión en individuos con niveles bajos del gen que altera los niveles de serotonina no aumentaba significativamente cuando el número de eventos vitales potencialmente estresantes era bajo.

Según Champagne y Mashoodth (2009) (PDF) hoy es imprescindible situar el viejo debate sobre "naturaleza y cultura" en el contexto de la epigenética y de los estudios sobre genes y ambiente. En la misma línea, Raizada y Kishiyama (2009) concluyen que "aunque nuestros genes siguen siendo los mismo, la expresión de tales genes, es decir, si estos genes son encendidos o no, es algo que está fuertemente influído por el ambiente a lo largo de la vida. De hecho, la activación y la desactivación de los genes en el interior de los nucleos de las neuronas es precisamente la senda por la que el ambiente produce cambios a largo plazo en nuestras sinapsis durante el aprendizaje".

La relación entre desarrollo cognitivo y status socioeconómico es una de las áreas más prometedoras en los estudios G X E, aunque Raizada y Kishiyama se lamentan por la escasez de estudios neurales en este campo. En realidad esta situación es bastante escandalosa, teniendo en cuenta las grandes inversiones que se dan en otras áreas más afortunadas de la neurociencia cognitiva y que, de hecho, ya es posible intervenir con cierto éxito en los entornos cognitivos de los niños con bajo status socioeconómico. El concurso de la neurociencia cognitiva y de estudios longitudinales es indispensable para conocer las bases neurales que permiten mejoras cognitivas duraderas en los niños, pero que no son apreciables de forma inmediata.

"Abolir" la herencia, como hemos discutido otras veces, es imposible y utópico. La herencia biológica es simplemente un hecho natural por el que los progenitores pasan una combinación de sus genes a su descendencia. Lo que sí es posible es intervenir en ciertas circunstancias -siempre siguiendo criterios científicos- para crear un marco social más igualitario y más saludable, empezando por la educación infantil.


ResearchBlogging.org Rajeev D S . Raizada, & Mark M . Kishiyama (2010). Effects of socioeconomic status on brain development, and how Cognitive Neuroscience may contribute to leveling the playing field Frontiers in Human Neuroscience : 10.3389/neuro.09/003.2010

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