¿Qué han hecho los Monty Python por nosotros?

Después de 30 años, la mejor película sobre mesianismo y cristología probablemente no se podría estrenar en el mundo de hoy.

Ya en su momento los Monty Python tuvieron que enfrentar campañas de difamación basadas en la acusación de "blasfemia", provocando a la vez publicidad gratuita y que la película fuera prohibida en algunas partes de Gran Bretaña. La "Alianza Rabínica" declaró que la película era "estúpida, repugnante y blasfema", el "Consejo Luterano" la describió como una "parodia profana" y la "Oficina Católica para el Seguimiento Cinematográfico" llegó a considerar que era un pecado el mero hecho de verla. Monjas y rabinos con carteles sorprendieron a los humoristas a las puertas de los cines de Nueva York (Michael Palin: "Nuns with banners!").

Después del incidente de las viñetas danesas de Mahoma, de la campaña para aprobar una ley internacional contra la blasfemia (apoyada sobre todo por los países de la Conferencia Islámica), y del auge del conservadurismo religioso incluso en occidente, una parodia tan divertida, lúcida, humanista y penetrante lo tendría por lo menos difícil.

Vía Secular Right.

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