La Anti-Hipatia

El Museo de Bellas Artes de Bilbao aloja desde el 19 de octubre hasta un centenar de obras del "joven Murillo". La colección es realmente excepcional, no sólo para deleitarse con el virtuosismo del pintor sevillano, sino para presenciar todo un despliegue de ideología religiosa. Junto con excepcionales "fotografías" de la picaresca, Murillo borda unos solemnes san Franciscos, Maria Magdalenas y sagradas familias.

Entre las pinturas, destacan varios retratos de Catalina de Alejandría, considerada santa por una tradición que la pintaba alejandrina, joven, bella, hija de buena familia, filósofa, elocuente, reñida con el poder temporal y finalmente martirizada... Los "paralelismos" con Hipatia de Alejandría, situada por la historia sólo un siglo más tarde, son tan flagrantes que casi resulta pueril interrogarse por la veracidad histórica del relato. Hasta los apologistas admiten que "no tenemos esos hechos en su forma original, sino transformados y distorsionados por descripciones fantásticas y difusas" y parece que la historicidad de la santa se ha puesto en duda por los propios hagiógrafos desde el Concilio Vaticano II.

Ahora que la nación católica ruge por la exaltación cinematográfica de Hipatia, no está de más recordar la "historia" de Catalina visitando la pinacoteca bilbaína.

La santa "alejandrina" vista por Murillo (1645-50)

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