Occidentales

Ser occidental significa de alguna manera tener sitio en el corazón para un altar donde lo venerado es la igualdad humana, principal motivo de orgullo para nuestra cultura. Sin embargo, algunos limitamos ese principio inviolable a un trato no discriminatorio por parte de las leyes, y reclamamos una igualdad jurídica compatible con las más amplias libertades. Otros —a cuyos motivos e iniciativas se dedica este libro— llevan veinte siglos abogando por abolir compraventas y préstamos para defender a quienes obtuvieron peores cartas, son incapaces de autogobernarse o sencillamente no están dispuestos a tratar la vida como un juego, aunque sus reglas sean claras.

- Antonio Escohotado (Vía).

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