Definir el alma

Este fin de semana tuvimos una pintoresca discusión en Cultura 3.0 en torno a la definición del "alma" que ha reflejado parcialmente esta entrada.

La edición en línea del diccionario de la Real Academia define el alma en su primera acepción como el "Principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida". Una definición que los materialistas probablemente observarán con cierta simpatía -por lo menos yo-, puesto que recoge el sentido tradicional del término sin agotarse en su aspecto "espiritual". Es importante recordar esto porque la inflexión espiritualista del "alma" tiene lugar ante todo en la escolástica cristiana (acaso por la vía platónica, del Fedón), cuando materia y forma dejan de comprenderse como aspectos inseparables de la naturaleza de las cosas. Por eso el alma de Aristóteles incluía a los "animales" tradicionalmente considerados no racionales, un sesgo "naturalista" que contrasta con la acepción que aporta el Oxford Dictionary: "the spiritual element of a person, regarded as immortal."

Sin embargo, me ha soprendido constatar que en la edición de papel del DRAE de 1992 se define la palabra de un modo bastante distinto a la versión en línea del mismo diccionario, de un modo mucho más espiritualista y metafísico: "Sustancia espiritual e inmortal, capaz de entender, querer y sentir, que informa al cuerpo humano y con él constituye la esencia del hombre".

El problema de criticar las definiciones de un diccionario de la lengua es que no cabe confundir definiciones populares con teorías científicas. Las definiciones, aunque "académicas", aspiran a ser imparciales, mientras que las teorías son partidistas, y si son científicas aspiran a estar respaldadas por evidencias empíricas. El DRAE define el vitalismo, por ejemplo, como la doctrina que "explica los fenómenos biológicos por la acción de las fuerzas propias de los seres vivos y no solo por las de la materia", pero a nadie se le ocurriría conjeturar que los académicos están describiendo el término como si la teoría subyacente fuera cierta.

Hoy no existe ninguna definición científica de "alma", por lo que cualquier definición que no precise el carácter religioso o literario del término (como en la llamada "psicología profunda", de Jung a Hillman) es muy vulnerable a la crítica. Sea oxoniense o castellana.

En Filosofia.org tienen una interesante recopilación de "comentarios críticos" sobre el alma.

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