We must know, we will know!

Y es que el hombre es el único ser de la creación que puede ser criatura y creador a un mismo tiempo; y este rasgo personalísimo, esta singularidad misteriosa, establece una barrera insalvable entre hombres y animales, una ruptura en el continuum de la evolución que ningún avance de la ciencia podrá explicar jamás.
Si al menos Juán Manuel de Prada mencionara alguna idea más o menos manejable de aquellos que actualmente se declaran "posdarwinistas": el debate sobre el seleccionismo, la nueva fábula de las abejas, los problemas relacionados con la evolución y el desarrollo...pero es que el autor de "Coños" y defensor de la Iglesia católica se limita a repetir una y otra vez el mismo mantra de Chesterton. Uno de los peores bloqueos espiritualistas para el progreso científico: la consigna repetida por Emil du Bois-Reymond: Ignoramus, ignorabimus.

El matemático David Hilbert propuso un lema alternativo:
No debemos creer a aquellos que hoy, con porte filosófico y tono deliberativo, profetizan la caída de la cultura y aceptan el Ignorabimus. Para nosotros no hay ignorabimus, y en mi opinión tampoco para nadie en la ciencia natural. En oposición al tonto ignorabimus nuestro eslogan debería ser: Debemos saber, sabremos!
Hay un inmenso saltum desde el Ignoramos al Ignoraremos. Antes de la "revolución copernicana" y la mecánica newtoniana, la barrera entre la tierra y los cuerpos celestes parecía "insalvable". También parecía insalvable el problema físico de la luz, antes del electromagnetismo, o el del movimiento de los músculos antes de la neurofisiología. Los partidarios del elan vital se imaginaban que la misma vida (y no sólo el ser humano) estaba constituída por una substancia inasequible al "continuo" de la materia física...antes de la bioquímica moderna.

Es cierto que hay "barreras insalvables", pero no suelen estar en la ciencia, sino en la mente dogmática y los vestigios de pensamiento mágico que ésta conserva.

Act: Verónica Puertollano ha traducido para el blog de Arcadi Espada un excelente ensayo de Weinberg para comprender algo mejor el fondo de todo esto.

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