El gobierno sueco ha anunciado un plan para regular seriamente la educación religiosa. Pronto será ilegal incluso en las escuelas privadas enseñar las doctrinas religiosas como si fuesen ciertas. En un interesante giro a la experiencia americana, el rezo seguirá siendo legal en las escuelas —al fin y al cabo, el rezo no presume veracidad—. Pero cualquier otra cosa que tenga cabida en currículo deberá tener obligatoriamente un carácter secular. «Los pupilos deben estar protegidos de cualquier clase de fundamentalismo» según el ministro de educación, Jan Björklund.
La noticia tiene ya un par de semanas pero siempre merece recordarse que
Björklund pertenece a un partido liberal de centro-derecha sueco. El tipo de político que los secularistas y conservadores que no creemos en "El ejemplo Palin" necesitamos imperiosamente.