Dialéctica

Yo no creo que la dialéctica sea peor que la ingeniería de caminos porque en general la técnica no me parece inferior en dificultad a la teoría. Sin embargo, es una ciencia difícil, incluso peligrosa. Platón mismo, intuyendo el "núcleo revolucionario" de una forma de pensar que se proponía nada menos que cancelar las apariencias, recomendaba que no se enseñara a los menores de 30. Hay tres obras que pueden ponérnoslo más fácil. Las Lecciones de filosofía de la historia universal de Hegel, una ocasión para visualizar el despliegue de la Idea en la historia universal bastante libre del estilo esotérico de la Fenomenología. Dialéctica del amo y el esclavo en Hegel, de Alexandre Kojeve, una buena exposición incluso para profanos. Por último, los ensayos de Georg Lukacs, Historia y conciencia de clase, en especial el primero, Marxismo ortodoxo.

Lukacs opone la "ciencia burguesa" al "método dialéctico". El materialismo burgués es contemplativo, teórico, renuncia a encontrar revulsivos prácticos y pretende que las categorías científicas (de la economía política, en particular) reflejan aspectos atemporales de la "naturaleza humana". Contrasta con la dialéctica marxiana, que persigue la transformación social mediante la crítica radical de la "mitología del concepto":
La ciencia que reconoce como fundamento de la realidad científicamente relevante el modo como esos hechos se dan inmediatamente, y su forma de objetivad como punto de partida de la conceptuación científica, se sitúa simple y dogmáticamente en el terreno de la sociedad capitalista, y acepta la esencia, la estructura objetiva y las leyes de esta, de un modo acrítico, como fundamento inmutable de la "ciencia".

(...) El ideal cognoscitivo de las ciencias de la naturaleza, el cual, aplicado a la naturaleza se limita a servir al progreso de la ciencia, resulta ser, aplicado al desarrollo social, un arma ideológica de la burguesía. Es vital para la burguesía entender su orden productivo como si estuviera configurado por categorías de atemporal validez, y determinado para durar eternamente, por obra de las leyes eternas de la naturaleza y de la razón.
Si logramos despojar su aire típicamente mesiánico e histriónico, el análisis materialista marxista sigue siendo válido como crítica del naturalismo ingenuo y dogmático, y de las ideologías que auguran el "fin de la historia". Un prominente científico natural, Sloan Wilson reconocía hace poco que el papel del constructivismo social sigue siendo insoslayable para distinguir las particularidades (históricas, culturales) de la acción humana, y también Scott Atran, al explorar las diferencias culturales de la cognición, alcanza una conclusión similar.

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